Estimado (o no) Ministro de Defensa:

Te escribo sorprendido por la noticia de que os vais a gastar 143.000 euros en sables. En fin, vayamos por partes, como dice Alicia Sánchez-Camacho cuando se pinta los labios. Podría comprender (poniendo mucho empeño y anestesiando mi pacifismo con unos cuantos whiskys dobles) que comprarais misiles, aviones o tanques con la intención de parecer un ejército moderno. Seguiría en contra de este tipo de gastos pero podría tener algún sentido, aunque fuera darle gustito a los militares para que se queden tranquilitos en el bar de oficiales o de suboficiales, mientras se cuentan hazañas militares entre los vapores etílicos. Pero, ¿comprar sables? ¿Qué tipo de militares queréis formar en vuestras academias? ¿D’Artacán y los tres mosqueperros?

Estaría bien que plantearais cursos de formación para los militares del tipo: “En el siglo XXI la gente ya no se pelea con sables” o “Los únicos sablazos los da Montoro”. No queda serio que un marine americano tenga una GoPro en el casco y conexión con un satélite y que el militar español vaya por los campos de batalla con un sable supermolón pero bastante ineficaz frente a un F/A-18E/F Super Hornet, que no tengo ni idea de qué capacidades tiene pero que, por el nombre, parece bastante fardón.

Mira, ¿sabes qué te digo? Después de todos los recortes que los peperos habéis hecho en sanidad y educación, después del magnicidio que habéis cometido con los derechos sociales y después de la reforma laboral, lo mejor que podéis hacer es potenciar la economía china. ¿Cómo?, te estarás preguntando. Muy fácil. Envías a algún becario a un bazar chino que tengas cerca del Ministerio. Le dices que compre unos sables de plástico, de los que se venden por Carnaval, si te quieres disfrazar de mosquetero y ya verás cómo flipan tus soldaditos. Más barato. Super chachi molón. Y, sobre todo, bastante mas ético en los tiempos que corren. El siguiente paso que sería recomendable pasaría por un ERE en el ejército. Pero ese es otro tema. Venga… izquierda, izquierda, izquierda, derecha, izquierda.

por Àlex Ribes (@alexsocietat)

WhatsAppEmailTwitterFacebookTelegram