En una época caracterizada por la crisis, se hace cada vez más evidente el poder real de la sociedad civil. Cuanto mayor es la desesperación y el drama más general, y cuando los partidos políticos no pueden dar respuesta a los pro-blemas reales de las personas, la s
ociedad civil toma el poder; de varias maneras y de las que destaco dos.
Una, las manifestaciones, to-mando como ejemplo la del Onze de Setembre en Catalunya. Más de un millón de personas logra que los políticos de aquí (Ca-talunya) y de allá (Madrid) cambien sus estrategias para entender y liderar lo que tanta gente exclamó. Y la otra, absolutamente dramática, los tres suicidios relacionados con el impago de las hipotecas. En efecto, en menos de una semana, los partidos políticos y la Asociación Española de la Banca se han puesto de acuerdo para paralizar los desahucios.
Como cantaría Bob Dylan: ¿cuántos suicidios serán necesa-rios para evitar los desahucios? Desgraciadamente, ya lo sabemos.
En cualquier caso, de una u otra forma y en el contexto de la crisis, la sociedad civil se expresa y, también, decide.
Javier Ruiz

En una época caracterizada por la crisis, se hace cada vez más evidente el poder real de la sociedad civil. Cuanto mayor es la desesperación y el drama más general, y cuando los partidos políticos no pueden dar respuesta a los pro-blemas reales de las personas, la sociedad civil toma el poder; de varias maneras y de las que destaco dos.Una, las manifestaciones, to-mando como ejemplo la del Onze de Setembre en Catalunya. Más de un millón de personas logra que los políticos de aquí (Ca-talunya) y de allá (Madrid) cambien sus estrategias para entender y liderar lo que tanta gente exclamó. Y la otra, absolutamente dramática, los tres suicidios relacionados con el impago de las hipotecas. En efecto, en menos de una semana, los partidos políticos y la Asociación Española de la Banca se han puesto de acuerdo para paralizar los desahucios. Como cantaría Bob Dylan: ¿cuántos suicidios serán necesa-rios para evitar los desahucios? Desgraciadamente, ya lo sabemos.En cualquier caso, de una u otra forma y en el contexto de la crisis, la sociedad civil se expresa y, también, decide.

Javier Ruiz

En una época caracterizada por la crisis, se hace cada vez más evidente el poder real de la sociedad civil. Cuanto mayor es la desesperación y el drama más general, y cuando los partidos políticos no pueden dar respuesta a los pro-blemas reales de las personas, la sociedad civil toma el poder; de varias maneras y de las que destaco dos.Una, las manifestaciones, to-mando como ejemplo la del Onze de Setembre en Catalunya. Más de un millón de personas logra que los políticos de aquí (Ca-talunya) y de allá (Madrid) cambien sus estrategias para entender y liderar lo que tanta gente exclamó. Y la otra, absolutamente dramática, los tres suicidios relacionados con el impago de las hipotecas. En efecto, en menos de una semana, los partidos políticos y la Asociación Española de la Banca se han puesto de acuerdo para paralizar los desahucios.Como cantaría Bob Dylan: ¿cuántos suicidios serán necesa-rios para evitar los desahucios? Desgraciadamente, ya lo sabemos.En cualquier caso, de una u otra forma y en el contexto de la crisis, la sociedad civil se expresa y, también, decide.Javier Ruiz

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