Por un lado, nos anuncian que una treintena de diputados ha “extraviado” su iPad y que reclaman su reposición. Por otro, que los senadores se gastan con sus móviles unos 50.000 euros en un año, principalmente en llamadas a líneas 900 y mensajes premium. Todo ello subvencionado por la población, aquella a la que piden su confianza cuando se aproximan elecciones. Costoso y patético.

Álex Palomar

WhatsAppTwitterEmailFacebookTelegram