Como sucede en todas las elecciones, resulta que todos los partidos políticos (salvo dos o tres pequeños que han desaparecido), y tanto a nivel regional como nacional, indican que han sido los ganadores. Parecía que las matemáticas eran una ciencia exacta, pero están demostrando que con los números se puede jugar, que es lo mismo que jugar con los votantes.

Por barrios, por ciudades, por distritos, por secciones… En fin, en cualquier caso hemos podido leer y escuchar a los líderes (sea el que sea) que su partido ha ganado. Tenemos dos nuevos partidos que han entrado en la política activa, que parece ser que todo lo van a solucionar con primarias, reuniones, asambleas, consultas y otros similares con el pueblo llano. Entonces, ¿por qué elecciones?

Nos podemos reunir todos los habitantes de nuestra ciudad una vez por semana y acordar lo que se debe de hacer. Nos ahorraríamos el dinero de las elecciones, y estos partidos estarían contentos. Pero lo difícil sería ponernos de acuerdo. Si con los actuales consistorios ya no hay acuerdos, no se lo que pasaría en una asamblea en la que, por ejemplo, se tratara de poner un tobogán en un parque público. ¿Se lo imaginan? Por cierto, éste sistema ya se intentó implantar en algunos países el siglo pasado, con resultado nulo. Como dice el refrán, “no hay nada nuevo bajo el sol”.

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