Esta carta va dirigida a todos padres y madres cuyos hijos juegan en la Penya Barcelonista Barcino. Creo que sus directivos han humillado a mi hijo de 8 años. Él lleva desde los 4 años en la P.B.B, donde el mejor puesto alcanzado en este tiempo ha sido cuartos… pero por la cola. Cada vez que un padre iba a quejarse por los resultados negativos, la contestación por parte de Don Tomás, presidente, y su brazo derecho Don Ángel, siempre era la misma: “no miréis resultados, da igual ganar que perder”. Bonita frase,  que dijo por última vez el día de la presentación de la nueva temporada.
Ese mismo día Don Tomás me dijo que “en el benjamín ‘B’ siguen 6 jugadores del año pasado, y tu hijo es uno de ellos”. Además, me comunicó que  “más tarde se incorporará un nuevo portero, ya que los que había eran pésimos y los he quitado”. Primero de todo, los porteros del año pasado eran bastante buenos.
El pasado 1 de noviembre Don Tomás cambió a mi hijo a un equipo de una categoría inferior, sin decir nada a nadie y a cuatro días de comenzar la liga, humillándolo y dejándolo llorando junto a sus nuevos compañeros que miraban y no sabían lo que pasaba. Entonces Don Tomás me convocó para hablar en su oficina. Y ese magnífico presidente me dijo textualmente: “tu hijo no tiene nivel para jugar en Segunda división, y queremos salvar la categoría a toda costa“. ¡Vaya! Creí que ganar o perder no era lo más importante, o eso pregona este señor cada vez que puede.
Don Tomás, hay que fomentar valores a nuestros hijos, y entre ellos no está la discriminación en el deporte. Para mí, mi hijo es el mejor jugador del mundo y estoy muy orgulloso de él, e intento inculcarle los valores positivos del deporte: respeto, cooperación, amistad, y convivencia. ¿Puede decir usted lo mismo, Don Tomás?

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