La mayoría de españoles cree que querer votar sobre la independencia de Cataluña es un agravio para ellos, cuando es un acto de justicia propia.

En el fondo, no tiene nada que ver con las personas del resto de España, sino con qué futuro queremos nosotros y nosotras como sociedad.

El día que entendamos eso, que no se puede decidir el futuro propio en función de los intereses de otros, seremos un pueblo maduro.

El día que el resto de españoles y españolas entiendan que no se puede mantener a un pueblo que ha llegado a celebrar un referéndum pacífico con el poder de todo un estado en contra, sin preguntarles qué es lo que realmente desean, estarán escapando del marco mental imperialista.

Un referéndum de independencia vinculante es la única salida democrática al conflicto y la única real.

Mientras esto no ocurra, ninguna de las partes estará en paz.

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