Los centros de peluquerías y estética españoles están tocados de muerte. Durante el 2012, y en plena crisis económica, el IVA de las peluquerías pasó del 8 al 21% de manera, nos dijeron, temporal. A causa de ello, cientos de peluquerías cerraron dejando de cotizar y contribuir. Ahora, con la COVID, la cosa va a peor. Es apremiante una reducción urgente de este IVA, puesto que miles de centros se hallan bajo riesgo de cierre inminente. Como empresaria, me pregunto: ¿no sería mejor la disminución de este IVA que no la pérdida de miles de lugares de trabajo? Muchos empleados y autónomos se están encontrando sin labor engrosando las listas del desempleo. Entonces, ¿qué es peor, bajar un IVA o pagar un paro a miles de peluqueros? A causa de ello, y por las redes, hemos creado el grupo Creer en Nosotros, que está trabajando para la reducción de este IVA. ¿Quién más se apunta?

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