Hace unos días la comisaria de Justicia de la Unión Europea escribió una carta en la que recordaba que una Catalunya independiente no tiene cabida en la UE. Me parece muy bien que lo diga y puede servir para aclarar algunas posiciones, pues hasta ahora y en toda esta agitación política la única voz que se ha escuchado con fuerza en

Catalunya ha sido la de un nacionalismo más preocupado en atizar los sentimientos que en decir la verdad, frente a los mensajes legalistas que han llegado de Madrid.

El debate se ha centrado en buena medida en un sentimentalismo identitario cultivado durante décadas. Ahora se trata de desmontar algunas falacias, abrir un debate racional y respetuoso con la realidad y la historia, y recuperar la confianza y la cordialidad que algunos se han empeñado en desmantelar. Esta es una tarea no sólo de los partidos políticos, sino de los medios, los intelectuales y la sociedad civil. Esperemos que haya espacio para este debate, más allá del griterío.

José Morales, Artigues

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