Inmersos en la segunda ola de la pandemia de la Covid-19, en los últimos días estamos viviendo situaciones alarmantes provocadas por la falta de interés del alcalde Xavier García Albiol hacia las personas y por su incapacidad para gestionar los problemas de la ciudad. No es algo nuevo en él, que siempre se ha caracterizado por la criminalización de la pobreza y por dejar desamparados a los más desfavorecidos. No podemos olvidarnos de su famosa campaña “Limpiando Badalona” en el 2015.

Recientemente, en todos los medios de comunicación, tanto a nivel municipal como autonómico y estatal, ha sido noticia el desamparo del ayuntamiento hacia las personas afectadas por el derrumbe del edificio situado en el Passatge de la Torre, hace ahora justo un año. El gobierno de Albiol, que llegó al poder en mayo del 2020, decidió de forma unilateral dejar de pagar las pensiones de estas familias, dejándolas de esta forma en una situación de desamparo y extrema vulnerabilidad. La justificación, en palabras del propio Albiol, fue la de culpabilizarles de su desesperada situación, calificando públicamente a estas familias de aprovechadas, ocupas y vividores. Y yo me pregunto: ¿Se ha planteado el alcalde de Badalona lo que tiene que ser encontrarse de repente en la calle con tus hijos pequeños, habiéndolo perdido todo, y viviendo en la habitación de una pensión, con las pocas pertenencias que se han podido recuperar, sin ningún tipo de intimidad, dependiendo de que la administración te ayude y sin ser capaz de encontrar una alternativa? ¿Ha pensado Albiol cómo debe ser vivir un confinamiento en la habitación de una pensión o albergue?

En el pleno municipal, en el que se debatió una moción sobre el desamparo de estas familias, le pedí a Albiol dos cosas: propuestas de solución a medio plazo y humanidad. Humanidad, sensibilidad y empatía es lo mínimo que se le puede pedir al alcalde de una ciudad para con sus vecinos. Es del todo inadmisible culpabilizar a las víctimas ante la incapacidad de proponer soluciones por parte del Ayuntamiento.

Y si lo cierto es que la pobreza no forma parte de sus preocupaciones, en la gestión de la Covid-19 ha demostrado incompetencia. Hace ya tres semanas que la Generalitat de Catalunya dictaminaba nuevas recomendaciones para parar los contagios, y pasadas estas tres semanas, y tras varios comunicados de sindicatos y trabajadores, la plantilla municipal del Ayuntamiento aún no tiene un protocolo Covid que se adecúe a la situación actual, continuando vigente el último decreto del regidor de Recursos Humans del día 29 de junio, en que prevalece el trabajo presencial sobre el teletrabajo.

Ahora, obligado por los sindicatos y con tres semanas de retraso, el gobierno de Albiol trabaja en un decreto para el desempeño del teletrabajo del 50% de la plantilla de aquellos servicios que se consideren esenciales. Y aquí está la trampa. A diferencia de la primera ola de la Covid-19, donde una gran parte de servicios fueron declarados como NO esenciales para que pudieran realizar teletrabajo el 100% de la plantilla y así evitar riesgos, el gobierno de Albiol ha declarado esenciales TODOS los servicios del Ayuntamiento.

Que Albiol no es consciente de la gravedad de la crisis sanitaria y social se evidencia al presentarse en diversos actos públicos sin mascarilla. Esta falta de interés ha quedado de manifiesto debido a la grave situación que se vive en la Guardia Urbana de nuestra ciudad, donde se ha detectado un brote de Covid-19 que ha generado más de 23 contagios y otros 25 confinados por contacto directo. Y este hecho no es casualidad, ni mala suerte, ya que los sindicatos hace semanas que se quejan de la falta de equipos de protección individual para poder trabajar en unas condiciones de máxima seguridad. El negacionismo de Albiol, que nos recuerda al practicado por Trump, Bolsonaro y compañía, le hace responsable.

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