En el año 2012, en plena crisis, el Gobierno subió el IVA de peluquerías del 8 al 21 por ciento. Ahora, con este IVA desmesurado y solo pudiendo atender a una clienta por peluquera bajo una menor plantilla ante las medidas de seguridad, muchos de nuestros centros están abocados a un cierre sin remedio bajo las consecuencias que ello conlleva; es decir, autónomos y empleados a la calle. Hace años que pedimos una rebaja de este impuesto y, si no nos lo aplican, muchos centros entraran en una UCI con muy poca o ninguna perspectiva de salvarse.

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