Con el atasco del gobierno actual, el coronavirus y la falta de visión científica de nuestros políticos, nuestra monarquía no ha aparecido en los medios. Esta parece más preocupada por la herencia de un dinero del Rey emérito que ante la crisis que millones de españoles estamos sufriendo. España parece una república bananera, perdón, monarquía, y eso que no producimos bananas sino plátanos. La pregunta al respecto es: ¿para qué le pagamos un sueldo a la monarquía? Pues para mantener las cosas más o menos como siempre han estado y en donde esta monarquía nos cuesta unos ocho millones de euros al año, más su ingente fortuna descubierta, que bien nos vendrían para paliar todo este desastre del Covid-19. Pero ante todos estos hechos, Felipe VI se dedica a maquillar el contexto con una renuncia a la herencia monetaria de su padre sin aportar soluciones al país que dirige. Él nos habló de unidad pero nadie se une para resolver este disparate de país. Los peninsulares no somos borregos, a lo más deseamos una monarquía docta, moral y experta pero esta deviene lenta, interesada y ausente.

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