En ocasiones escucho hablar de nuestros mayores: la muerte puede ser un alivio para ellos porque ahora dejarán de sufrir. Para mí, muy duras palabras.
Me indignan estas frases cuando las dirigimos a nuestros abuelos y abuelas.
Olvidamos con suma rapidez lo que para ellos significamos nosotros, lo que por y para nosotros hicieron, y sin pedir para ello nada a cambio.
Cada día que pasa que pueden mirar el sol, sienten que es un regalo de la vida. Lo tienen todo hecho. Simplemente desean ver crecer a sus nietos, acompañarles a la piscina, recogerlos en el colegio, mirarlos sonreír, acariciarlos con sus manos arrugadas por el paso de los palos de la vida, aceptando un paso del tiempo que todos experimentaremos. Eso es lo único que llena un vacío que esta sociedad les ha dado como premio a su esfuerzo por luchar para que nosotros gocemos de la libertad que ahora tenemos gracias a su ayuda.
Parece ser que en esta vida, la edad nos da la tranquilidad emocional y el calendario que la sociedad esconde, nos hace indiferentes a la muerte pasada cierta edad. Frases como, “Era mayor ya” deberíamos analizar porque las decimos. Tal vez yo sea un idiota iluso, no me puedo permitir creer que la muerte tenga ningún derecho ni edad para visitarnos.
Y menos, se falte al respeto con nuestra indiferencia a aquellos abuelos que están sufriendo los achaques de una vida. Bastante han sufrido ya los golpes con una terrible época de lloros y muerte.
No vean racional si no lo desean, muchos hablan, que esto es ley de vida, (no lo dudo) aunque prefiero pensar que un día respirando para nuestros abuelos, es un día lleno de colores donde un simple abrazo los puede hacer sonreír.
Solo pretendo que todos hagamos una pequeña reflexión, empezando por la mía, que la comparto. Tal vez porque ya estoy falto de abuelos y abuelas. Lo que nos perdemos por no escucharles, abrazarles más, agradecerles sus enseñanzas, nos hace verdaderos estúpidos.
Si alguien al leer esto se le ocurre acercarse a su abuelo o abuela si aún los tiene y les dan un abrazo con unas gracias con la mano en el corazón, seré infinitamente feliz.
